
- Así lo expresó el presidente de Sogama, Javier Domínguez, en una mesa coloquio enmarcada en la Semana de la Economía Circular celebrada en Murcia y en la que participó virtualmente invitado por AEMA.
- Reivindicó la aplicación de la gestión jerarquizada de residuos establecida por la UE, así como el papel que le corresponde a la valorización energética de la fracción no reciclable, debiendo situarse antes del vertido por constituir éste una seria amenaza para el medio ambiente y la salud.
- Recordó que los países europeos que más reciclan, son precisamente los que más valorizan energéticamente y los que menos vierten.
Cerceda, a 11 de noviembre de 2020.- Invitado por AEMA (Asociación de Empresas de Medio Ambiente de la Región de Murcia), el presidente de Sogama, Javier Domínguez Lino, participó hoy, vía digital, en la Semana de la Economía Circular celebrada en Murcia. Concretamente lo hizo en la mesa coloquio “Economía circular y valoración energética en el marco del Pacto Verde”, junto con Vicente Galván López, Director General de Economía Circular en la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid; Rafael Guinea, presidente de Aeversu; y Francisco Marín, Director General de Medio Ambiente de la Región de Murcia.
VALORIZACIÓN ENERGÉTICA ANTES QUE VERTIDO
En el transcurso de su intervención, el máximo responsable de Sogama reivindicó el papel que le corresponde a la valorización energética de la fracción no reciclable, complementando el principio de las tres erres (reducción, reutilización y reciclaje) y situándose antes del vertido por constituir éste una seria amenaza para el medio ambiente y la salud.
En este sentido, se refirió a la jerarquía de gestión de residuos establecida por la Unión Europea como la hoja de ruta a seguir, habiendo establecido el Parlamento Europeo que los Estados miembros lleguen al vertido técnico cero (10%) en 2035; un objetivo que, en breve, alcanzará Sogama tras haber ampliado la capacidad de su Complejo Medioambiental de Cerceda con una nueva instalación para la recuperación de los materiales contenidos en la basura en masa (hasta 11 tipologías) y la remodelación de la anterior planta de reciclaje, tratamiento y elaboración de combustible. “Hemos pasado de tratar 550.000 toneladas de residuos anuales a 1.000.000, y estamos en condiciones de llevar a vertedero, única y exclusivamente, aquella fracción que no se pueda reciclar ni valorizar energéticamente”.
GALICIA, EJEMPLO A SEGUIR
No en vano, Galicia cuenta con unas tasas de depósito en vertedero muy inferiores a la media española, situada en el 51% aproximadamente, con la particularidad de que el vertido directo en Sogama se limitó el año pasado al 4%.
Domínguez Lino se refirió a la ya gran preocupación de la Xunta en los años 90, cuando se diagnosticaron en la comunidad gallega más de 300 vertederos municipales que no cumplían las mínimas condiciones de seguridad y control, apostando entonces, en base a las recomendaciones de un comité científico, por la puesta en marcha del modelo Sogama para que los desechos generados por la mayor parte de los ayuntamientos (295 están adscritos a este sistema; es decir, el 94%), recibiesen el mejor tratamiento posible, con las mejores tecnologías disponibles y los mejores sistemas de control ambiental.
El máximo responsable de Sogama lamentó que en España todavía siga en vigor el debate en torno a la valorización energética, cuando en los países del norte de Europa ha sido superado con creces, y, lo que es peor, que todavía se intente contraponer el reciclaje y la valorización energética de la parte no reciclable, cuando son procesos complementarios que, además, luchan contra un enemigo común: el vertedero.
Recordó que los países europeos que más reciclan, son precisamente los que más valorizan energéticamente y los que menos vierten, entre un 1 y un 4%, y apuntó que la valorización energética, además de ser un tratamiento seguro, permite la obtención de electricidad y calor a partir de los residuos que no se pueden reciclar, dos importantes bienes en la sociedad actual. Resulta evidente que “no nos podemos permitir el lujo de enterrar recursos y energía”, sentenció.
Saludos, Departamento de Comunicación