El compostaje doméstico es el que se realiza en una unidad familiar empleando pequeños compostadores, que se alimentan con los residuos orgánicos generados en la propia vivienda, como restos de alimentos, cáscaras de frutas, restos de podas, etc.

De la fermentación controlada de esta materia orgánica se obtendrá un abono natural de alta calidad, para su utilización en las labores propias de un jardín familiar o de pequeñas plantaciones.

Para obtener un compost de calidad lo mejor es emplear diferentes materiales, tratando de conseguir un equilibrio entre elementos frescos y húmedos (frutas, verduras, césped…) y elementos secos (ramas, ceniza, serrín…). Además, cuanto más triturados estén, mayor será la rapidez de su descomposición y fermentación. Consulta aquí los materiales que pueden depositarse en el compostador.

1. Un Compostador
Es un recipiente que facilita la circulación del aire en su interior, donde se introducen los restos orgánicos, permitiendo una óptima accesibilidad, tanto para depositar residuos como para extraer el abono resultante.

2. Espacio en tu huerta
Una correcta ubicación del compostador propiciará que el compost que produzca sea de buena calidad, optimizando recursos como las horas de luz, la ventilación y la humedad del suelo.

3. Residuos de cocina y jardín
Los restos de verduras y frutas, restos de poda, hierba cortada y césped, las hojas secas y demás elementos orgánicos de tu hogar, servirán para producir un abono natural óptimo.

4.Un aireador y una pala
Con el aireador conseguiremos ventilar el compost sin que pierda propiedades y con la pala ordenaremos correctamente las capas para su descomposición eficiente.

5. Agua
El agua es imprescindible para humedecer los materiales y conseguir que no sequen. De este modo, garantizaremos la transformación de la materia orgánica en compost.