Dentro de los residuos municipales, aquellos generados por la actividad doméstica, comercial y de servicios en los núcleos de población, la fracción orgánica es la que mayor flujo y peso aporta, representando en torno al 37% del total.

En esta fracción se incluyen los desechos orgánicos que se descomponen de manera natural y que, mediante un correcto tratamiento, pueden volver a formar parte del ciclo de la vida, como por ejemplo los restos de alimentos, podas, etc.

La Unión Europea ha establecido la obligatoriedad de que la materia orgánica sea gestionada de forma independiente para incentivar su reciclado, el cual incluye el compostaje (industrial y doméstico) y la digestión anaerobia. Para conseguir un compost de calidad es necesario que la ciudadanía separe correctamente los residuos orgánicos en origen y que los deposite en el contenedor marrón y/o en el compostador.

  • Obtener un compost de calidad que se puede utilizar como fertilizante, un abono natural con excelentes propiedades para el suelo.
  • Incrementar tanto la cantidad como la calidad de los materiales recuperados mediante la recogida selectiva del resto de fracciones.
  • Poner en práctica la economía circular, cerrando el ciclo de vida de los residuos para convertirlos en nuevos recursos.