El compost es el producto resultante del proceso de descomposición biológica de la materia orgánica, un material higienizado y estable, de color oscuro y olor a tierra que puede emplearse como abono natural en agricultura, como fertilizante en jardinería, en la formulación de substratos y para la restauración de suelos degradados.

A partir de la transformación de los residuos orgánicos biodegradables de origen vegetal y/o animal en compost se cierra el ciclo de aprovechamiento de los restos orgánicos, que regresan a la tierra para dar una nueva vida.

Debido a su carácter aterronado, el compost facilita la formación de conglomerados, permitiendo así mantener una correcta aireación y humedad de suelo.
Dada su condición de producto natural, libre de patógenos, actúa en muchos casos como bactericida y fungicida.
Al ser un producto rico en nutrientes y macronutrientes, el compost se convierte en un excelente abono, contribuyendo a que las plantas tengan una mayor resistencia a las plagas y enfermedades.