- El vicepresidente de Brasil, Geraldo Alckmin, declaró que la 30ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático debe marcar el comienzo de una nueva era en la que el mundo "deje de debatir metas y comience a cumplirlas"
- Destacó el "Compromiso de Belém", que propone cuadruplicar el uso de combustibles sostenibles para 2035
- Fuera de la sede oficial, los movimientos sociales globales se reunieron en la Cumbre de los Pueblos, celebrada del 12 al 16 de noviembre, amplificando la presión para obtener resultados concretos basados en la justicia climática
Cerceda, 18 de noviembre de 2025.-La recta final de la 30ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), dio comienzo esta semana con la incorporación de los líderes políticos. Al respecto, el secretario de ONU Cambio Climático, Simon Stiell, aseguró que hay "una profunda conciencia de lo que está en juego y de la necesidad de demostrar que la cooperación climática se mantiene firme en un mundo fracturado".
Dado que los políticos reemplazan a los técnicos en la mesa de negociaciones, Stiell instó a las delegaciones a abordar primero los temas más difíciles, no a última hora; una petición a la que también se sumó la presidenta de la Asamblea General de la ONU, Annalena Baerbock, quien recordó a los participantes que las energías renovables son imparables, las innovaciones se aceleran y "el dinero existe, aunque necesita ser redirigido".
También señaló que los países en desarrollo pagaron aproximadamente 1,4 billones de dólares estadounidenses el año pasado en servicio de la deuda externa, “recursos que podrían ser transformadores si se reorientaran hacia la mitigación climática, la energía limpia, la resiliencia y la adaptación”, precisó.
El vicepresidente de Brasil, Geraldo Alckmin, declaró que la COP30 debe marcar el comienzo de una nueva era, una en la que el mundo "deje de debatir metas y comience a cumplirlas". Este cambio significa pasar de la negociación a la implementación, desbloqueando nuevos mecanismos para acelerar la acción a escala global. Asimismo, destacó el "Compromiso de Belém", que propone cuadruplicar el uso de combustibles sostenibles para 2035 (hasta el momento, 25 naciones se han unido a la iniciativa) e hizo una llamada a encontrar soluciones creativas en áreas estratégicas como la bioeconomía y la descarbonización, reafirmando el compromiso de Brasil con la "energía limpia, la innovación y la inclusión".
Cumbre de los Pueblos
Fuera de la sede oficial, los movimientos sociales globales se reunieron en la Cumbre de los Pueblos, celebrada del 12 al 16 de noviembre, amplificando la presión para obtener resultados concretos basados en la justicia climática.
El evento paralelo generó análisis y propuestas, entregados el domingo a Corrêa do Lago. En declaraciones a Noticias ONU, Maureen Santos, miembro del comité político de la Cumbre de los Pueblos, manifestó que, a su juicio, la COP está sirviendo como un ejemplo de democracia, y no solo para las Naciones Unidas, sino también para el mundo, a lo que añadió que “esto es lo que es el multilateralismo: cuando las partes realmente se comprometen más allá de los Estados, y se da una mayor visibilidad a quienes sufren los impactos de la crisis, y que también presentan las alternativas para enfrentarla".
Otra demanda clave es ampliar el debate sobre la transición justa, asegurando que vaya más allá de las energías renovables e incluya temas como las opciones y condiciones de empleo, la soberanía alimentaria, los derechos territoriales y más.
La Cumbre de los Pueblos se convirtió en la más grande jamás realizada, con más de 25.000 participantes. El pasado sábado, más de 70.000 personas se unieron a la marcha por la justicia climática —la mayor manifestación sobre este tema hasta la fecha, según Maureen.
Fuente e imagen: COP30