-
Editorial del presidente de Sogama, Javier Domínguez, correspondiente al boletín informativo corporativo del mes de mayo
Digitalización, innovación, inteligencia artificial, robotización, etc., son ingredientes básicos que las compañías deben cocinar con sus propias recetas para hacer frente a los retos de futuro, condicionados por la triple crisis climática que nos ha tocado vivir y que necesariamente debemos abordar desde la máxima cooperación institucional, empresarial y social.
El escenario climatológico a nivel mundial no es nada halagüeño y la comunidad internacional no cesa en llamar la atención sobre un fenómeno que condicionará, no solo nuestro propio bienestar y el de las próximas generaciones, sino la propia existencia humana.
Así las cosas, el plan estratégico de Sogama 2024-2030, se ha concebido teniendo en cuenta el contexto global, ya que esta Sociedad pública no es, ni debe ser, ajena a las consecuencias de los conflictos bélicos, las tensiones internacionales y las decisiones políticas, toda vez que, en un sentido u otro, acaban afectando a su gestión.
La planificación de esta entidad toma forma desde su visión histórica, su evolución a lo largo del tiempo y, por supuesto, desde los condicionantes normativos actuales y unas proyecciones de futuro cada vez más inciertas ante los constantes vaivenes de un Gobierno central sin hoja de ruta.
Dicho esto, somos conscientes de que la incorporación de tecnologías inteligentes a nuestra actividad industrial resultará clave para propiciar una mayor recuperación de materiales y un mayor reciclaje, así como para la descarbonización de los procesos, logrando de esta forma una gestión circular en la que los residuos sean convertidos en nuevos recursos y en la que la labor de Sogama sea sostenible desde la dimensión económica, ambiental y social.
Y, si bien la inteligencia artificial será una pieza esencial en este camino que hemos iniciado, no debemos olvidar el potencial humano, el mayor tesoro de cualquier entidad.
En esta carrera de fondo, hemos priorizado también una mayor profesionalización del personal adscrito a nuestra infraestructura industrial, esencial para dotar a Galicia del mejor modelo de gestión y tratamiento de residuos municipales. Así, y en colaboración con la firma PreZero, empresa
gestora de la planta de clasificación de envases ligeros, sita en el Complejo Medioambiental de Cerceda (A Coruña), hemos apostado por la implantación de las denominadas “Unidades de Competencia”, un sistema pionero de formación y evaluación de habilidades, integrado en la formación dual, que está demostrando ser un interesante catalizador para el crecimiento y la excelencia en el sector industrial, ya que, a través del mismo, los trabajadores podrán obtener titulaciones relativas a distintas familias profesionales.
Los beneficios de esta acción son múltiples: mayor crecimiento personal, mayor productividad, mayor satisfacción de trabajador, mayor autoestima, mayor compromiso con los objetivos de la empresa y, a la postre, mayor eficiencia de la instalación. En definitiva, personal altamente cualificado para dirigir máquinas.
Presidente
Javier Domínguez Lino