- La Agencia Europea de Medio Ambiente estima que factores ambientales clave causan al menos el 18 % de las muertes cardiovasculares
 - Es el caso de la contaminación atmosférica, las temperaturas extremas y los fenómenos meteorológicos extremos, el ruido del transporte y la exposición a sustancias químicas tóxicas
 
Cerceda, 3 de noviembre de 2025.- Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en la Unión Europea: más de 1,7 millones de personas fallecieron a causa de ellas en 2022, lo que representa un tercio del total de fallecimientos ese año. Según un informe de la AEMA “Prevención de las enfermedades cardiovasculares mediante un entorno saludable”, publicado hoy mismo, se estima que factores ambientales clave causan al menos el 18 % de estas muertes, con la particularidad de que cada año se diagnostican más de 6 millones de nuevos casos de enfermedades cardiovasculares, con un coste para Europa de aproximadamente 282 000 millones de euros.
Si bien factores individuales como la genética y la edad avanzada, son más difíciles de modificar, otros, como los ambientales y los conductuales, pueden abordarse mediante políticas específicas que ya están demostrando su eficacia. De hecho, la Unión se encuentra en vías de cumplir el objetivo del plan de acción de contaminación cero, que consiste en reducir las muertes prematuras atribuibles a la contaminación atmosférica en más de un 55 % para 2030, en comparación con 2005.
El plan de la Comisión Europea para la salud cardiovascular en la UE —actualmente en desarrollo— ofrece una oportunidad para integrar mejor los factores ambientales de la salud en las políticas.
Los principales factores ambientales que contribuyen a las muertes por enfermedades cardiovasculares son la contaminación atmosférica, las temperaturas extremas y los fenómenos meteorológicos extremos, el ruido del transporte y la exposición a sustancias químicas tóxicas (incluidos metales pesados y disruptores endocrinos).
Los factores de riesgo cardiovascular ambientales pueden reducirse aún más mediante intervenciones tales como:
- Reducir el ruido del transporte.
 - Cumplir las regulaciones químicas, acelerar la eliminación progresiva de las sustancias cardiotóxicas y promover alternativas más seguras a las mismas.
 - Preparar los sistemas de salud para los impactos climáticos en la salud cardiovascular a través de protocolos de alerta temprana, campañas y apoyo específico para grupos vulnerables.
 - Facilitar la participación del personal sanitario aumentando la disponibilidad de contenidos ambientales en los planes de estudio de medicina y enfermería.
 - Promover el enfoque de Una Sola Salud: proteger la salud humana, animal y de los ecosistemas de forma conjunta genera beneficios más amplios para todos.
 - Aumentar la concienciación y la educación pública sobre los riesgos cardiovasculares derivados de factores de estrés ambiental y promover cambios en el estilo de vida.
 - Impulsar soluciones basadas en la naturaleza: la creación de espacios verdes urbanos, parques, corredores verdes y espacios azules reducen el riesgo cardiovascular al mejorar la calidad del aire, disminuir la contaminación acústica y fomentar la actividad física.
 
Fuente e imagen: AEMA