- La empresa pública proporciona una serie de recomendaciones a poner en práctica a la hora de cocinar, comprar, desplazarse o gestionar los residuos, para contribuir a que esta fiestas sean más sostenibles
Cerceda, 22 de diciembre de 2025.-Más allá de ser época de fiestas y celebraciones amenizadas con suculentos menús y múltiples compras de gran variedad de productos, las Navidades también se distinguen por ser uno de los momentos del año con mayor consumo de recursos y, a la postre, mayor generación de residuos. La repetitiva adquisición de artículos de usar y tirar, acaba llenando contenedores de basura a un ritmo frenético, circunstancia que exige a los servicios municipales un mayor despliegue de medios materiales, así como de personal de limpieza y recogida.
No obstante, disfrutar plenamente de estas fechas no está reñido con el cuidado del medio ambiente. Gestos solidarios y responsables en determinados ámbitos marcan la diferencia:
La cocina
La comida constituye un elemento central de la Navidad, al igual que el desperdicio alimentario. De ahí la importancia de hacer un inventario de las existencias que tenemos en el hogar y, conforme al mismo, planificar los menús y los alimentos a comprar, que preferiblemente debemos adquirir a granel o con el menor envase y embalaje posible. igualmente, resulta aconsejable priorizar los productos locales y de temporada, y ajustar las raciones al número de comensales. Si aún así hay sobras, se pueden reutilizar para nuevas recetas o bien congelarlas correctamente y etiquetarlas para evitar que queden olvidadas.
Algunas recetas de aprovechamiento podrían ser croquetas y albóndigas con sobras de carne o pescado, ensaladas templadas de verduras asadas, pudding de pan duro, sopa de caldo de huesos y restos, revueltos, etc.
Las frutas, verduras, hortalizas y legumbres también pueden ser los ingredientes estrella de deliciosos platos, con la ventaja de que resultarán más digestivos, ligeros y saludables.
Para la preparación de los menús, no resulta esencial consumir mucho tiempo y energía, que pueden verse reducidos sin renunciar a la calidad. Por ejemplo, descongelando dentro del frigorífico, cocinando con tapa, aprovechando el calor residual del horno, horneando varios platos a la vez y usando el lavaplatos lleno y en modo eco.
Las compras
Las compras se disparan en estas fechas, tanto de regalos como de elementos de decoración.
En cuanto a los primeros, también en este caso debe darse prioridad a lo local y artesanal, contribuyendo a la economía de nuestro entorno, y optar por artículos útiles y duraderos, así como los de segunda mano o reacondicionados, sin olvidar los envoltorios sostenibles (papel reciclado o bolsas reutilizables).
En el caso de la decoración, conviene apostar por lo natural (ramas, piñas o materiales reciclados), y el uso de luces LED con temporizador.
En cuanto al árbol navideño, o bien natural en maceta, para replantarlo después, o bien artificial de calidad para reutilizarlo durante muchos años.
El transporte
Durante estas fiestas se multiplican los desplazamientos para compras, reuniones familiares y con amigos, comidas, cenas, vacaciones, etc. Planificar y elegir medios de transporte más limpios, contribuye a reducir emisiones y a descongestionar el tráfico por carretera.
Compartir coche, usar transporte público, agrupar compras en un solo viaje y caminar o utilizar bicicleta en trayectos cortos, pueden ser buenas alternativas.
Los residuos
Si consumimos de forma consciente y responsable, reduciremos la generación de residuos, que, en todo caso, deberemos separar correctamente por tipologías y depositarlos en los contenedores adecuados para garantizar su posterior reciclado:
- Amarillo: envases de plástico, latas y briks
- Azul: papel y cartón
- Iglú verde: envases de vidrio
- Marrón: materia orgánica
- Genérico: fracción resto
Una Navidad más sostenible, no implica renunciar a las tradiciones, sino simplemente adaptarlas para minimizar nuestra huella ecológica.
Saludos, Departamento de Comunicación