
- El Ciclo de Economía Circular de Funseam (Fundación para la Sostenibilidad Energética y Ambiental) muestra cómo la circularidad ha dejado de ser una aspiración para pasar a consolidarse como motor de innovación y competitividad
Cerceda, 6 de octubre de 2025.-En la segunda sesión del Ciclo de Economía Circular de Funseam, celebrada bajo el título “Sostenibilidad y consumo circular en el sector productivo”, se constató que la circularidad se ha convertido en una estrategia fundamental para la industria española. Carlos Reinoso, portavoz de la Alianza por la Competitividad de la Industria Española, fue el ponente principal y dejó claro que la circularidad “no es el futuro, es el presente”.
La Alianza agrupa a sectores que generan el 55% del PIB industrial y, según expuso Reinoso, han invertido 77.000 millones de euros en los últimos cinco años en procesos y tecnologías vinculados a la economía circular. Para ilustrarlo, citó seis sectores clave: papel, siderurgia, química, automoción, cemento y minería, todos con modelos distintos de valorización de recursos y reducción de emisiones.
En palabras de Reinoso, la circularidad se entiende como “la economía de la croqueta que practicaban nuestras abuelas: con los recursos disponibles, consigues preparar un plato fantástico. Y eso es lo que está en la raíz de muchas industrias cuando se aproximan a los modelos de economía circular”.
Experiencias empresariales
El panel de experiencias empresariales permitió conocer ejemplos prácticos de cómo la economía circular ya está operativa en España.
Joaquim Daura, director de Active Energy Management en Schneider Electric, explicó el proceso de transformación sostenible iniciado por la compañía hace casi 20 años. Destacó el caso de la fábrica de Molins de Rei (Barcelona), completamente descarbonizada y gestionada mediante una microgrid inteligente.
En su intervención, Daura recordó que el 99% de la huella de carbono está en la cadena de valor, lo que ha llevado a Schneider a movilizar a sus 1.000 principales proveedores para reducir sus emisiones un 50% de aquí a 2025. Además, expuso los avances en rediseño de productos y las fábricas dedicadas a dar segunda y tercera vida a equipos usados, reintroduciéndolos en el mercado bajo la certificación Circular Certified.
Por su parte, Patricia Astrain, fundadora y CEO de Recircular, presentó la digitalización como clave para la circularidad. Gracias a la inteligencia artificial, su sistema identifica oportunidades de valorización, aporta trazabilidad con blockchain y mide el impacto ambiental de cada operación. Con más de 25.000 toneladas de recursos valorizados, recircular demuestra que la tecnología puede escalar la circularidad de forma medible y transparente.
Finalmente, Ainhoa Martín Morante, técnica de Innovación en Petronor, explicó cómo la compañía está integrando la economía circular en su proceso de transformación. Recordó que Repsol fue la primera energética del sector en fijar el objetivo de cero emisiones netas para 2050. Uno de sus proyectos más emblemáticos es Biscay Eco Aggregates, que construye en el Puerto de Bilbao la primera planta de Europa continental en producir áridos sintéticos con huella de carbono negativa. El proceso transforma cenizas de incineración y CO₂ capturado en materiales para la construcción, evitando vertederos y fijando el carbono de forma estable.
La sesión concluyó con un debate moderado por Francisco Herranz, de Industry Talks, donde los ponentes coincidieron en señalar la burocracia, la lentitud en la transposición de directivas y la falta de agilidad en ayudas públicas como los principales frenos para avanzar.
Los expertos reclamaron que la futura Ley Europea de Economía Circular sea una herramienta de simplificación que incentive la innovación y favorezca la inversión, especialmente en las pymes, para que puedan competir en igualdad de condiciones.
Fuente: Funseam
Imagen: Freepik