
- Así lo manifestó el presidente de Sogama durante su intervención en el 1st Aeversu Summit, el primer encuentro sobre valorización energética, y celebrado ayer en Madrid con la pretensión de poner en valor el papel que debe desempeñar este tratamiento finalista en la gestión de los residuos municipales
- Recordó que los estados miembros deben alcanzar el vertido técnico cero en 2035 (10%), y España todavía lleva a vertedero el 50%
- Puso de relieve la necesidad de que la valorización energética se incorpore de facto a la economía circular como una solución sostenible, al tiempo que demandó que la legislación en materia de residuos se acompañe de recursos para que realmente sea efectiva
Madrid, a 9 de mayo de 2025.- El presidente de Sogama, Javier Domínguez, participó ayer en el 1st Aeversu Summit, el primer encuentro global sobre valorización energética, celebrado en Madrid, concretamente en la Fundación Giner de los Ríos, y lo hizo como tertuliano en la mesa redonda bautizada con el título “Gestión económica de la valorización energética. ¿Salen las cuentas?”, que moderó Mikel Huizi Leiza, director general de Zabalgarbi (Bilbao).
Allí estuvo acompañado por la gallega Sonia Muiña, directora general de Servicios Industriales de Valtalia Investments; María José Delgado, directora general del Parque Tecnológico de Valdemingómez (Madrid); y Sergio Cabellos, director de Negocio de la firma PreZero.
Valentía política y sentidiño
En el transcurso de su intervención, Domínguez Lino puso el acento en la necesidad de que las obligaciones legales en materia de residuos estén acompañadas de los recursos necesarios para que realmente sean efectivas.
Así, y dado que la gestión de residuos es una competencia municipal, incidió en que no se puede abandonar a los ayuntamientos a su suerte, sino que hay que proporcionarles los medios y los recursos para que tengan capacidad de dar respuesta efectiva a la normativa vigente.
En este sentido, destacó el firme apoyo de la Xunta al modelo Sogama desde sus inicios y, más recientemente, al despliegue en Galicia de una red de infraestructuras para el compostaje de la materia orgánica, conformada por 4 plantas de biorresiduos y 13 plantas de transferencia de apoyo, a las que el Gobierno gallego destinó una inversión de 45 millones de euros, de los cuales 30 millones procedieron de los Fondos FEDER REACT-EU. La pretensión no era otra que ayudar a los entes locales a cumplir la obligación de implantar la recogida diferenciada de la materia orgánica en plazo.
Asimismo, y a modo de ejemplo, criticó que se hubiese legislado sobre la recogida selectiva del residuo textil, obligatoria para los ayuntamientos a partir del 1 de enero de 2025, y que ni siquiera a estas alturas se hayan definido las competencias del SCRAP competente. “Sogama va a construir y gestionar una planta para la clasificación de residuos textiles y todavía no sabemos qué es lo que va financiar este SCRAP, cómo lo va a hacer, en qué términos y con qué garantías”.
Recordó que España vierte el 50% de sus residuos y abundó en que el objetivo de llegar al vertido técnico cero (10%) en 2035 es inviable sin una firme apuesta por la valorización energética de la fracción no reciclable, porque, tal y como aseguró, “debemos entender que hay residuos que no se pueden reciclar y otros, supuestamente reciclables, que no reúnen los requisitos técnicos exigidos por los recicladores, por lo que, conforme a las directrices de la UE, el tratamiento más adecuado en la escala jerárquica es la valorización energética frente al vertedero”, a lo que añadió que “España no podrá cumplir los objetivos europeos sin contar con este sistema de gestión de residuos, complementario al reciclaje, no excluyente, y que, además, produce un bien de primera necesidad como es la energía eléctrica, estable, fiable y segura”.
Demanda de un marco regulatorio seguro
Por su parte, Sonia Muiña, lamentó que la valorización energética no ocupe todavía en España el lugar que le corresponde, por lo que instó a seguir trabajando para trasladar a todos los sectores sociales la relevancia de este modelo y superar esa imagen negativa que algunos grupos quieren transmitir cuando en el norte de Europa es un debate perfectamente superado y que cuenta con el beneplácito de los movimientos ecologistas, conscientes de que el reciclaje por sí mismo no puede solucionar íntegramente la problemática de los residuos.
Demandó también un marco regulatorio que dé seguridad a las empresas del sector, ya que una planta de valorización energética requiere de continuas inversiones para estar a la vanguardia tecnológica y cumplir los exigentes requisitos impuestos por la legislación, mucho más rigorosa que la que rige para otras industrias.
Saludos, Departamento de Comunicación