
- Introduce la responsabilidad ampliada del productor en el sector textil y fija objetivos vinculantes de reducción del desperdicio alimentario para 2030
Cerceda, 20 de octubre de 2025.- La revisión dirigida de la Directiva Marco de Residuos entró en vigor en la Unión Europea el pasado 16 de octubre con el objetivo de reforzar la economía circular, reducir la generación de residuos y fomentar la innovación en prácticas sostenibles.
La nueva normativa establece reglas comunes de responsabilidad ampliada del productor (RAP) para los productos textiles y fija por primera vez objetivos vinculantes de reducción del desperdicio alimentario en todos los Estados miembros.
Hacia una gestión sostenible del textil
Si bien el sector textil y de la moda es un motor económico de primer orden en la UE —generó 170.000 millones de euros de facturación en 2023 y emplea a 1,3 millones de personas en casi 200.000 empresas—, lo cierto es que también representa uno de los ámbitos de consumo con mayor impacto ambiental, especialmente en el uso de agua, suelo y materias primas.
Cada año, en la UE se generan alrededor de 12,6 millones de toneladas de residuos textiles, de los cuales solo una quinta parte se recoge de forma separada para su reutilización o reciclaje. La nueva directiva busca revertir esta tendencia mediante dos medidas clave:
- Implantación obligatoria de esquemas de responsabilidad ampliada del productor para productos textiles y de calzado. Las empresas deberán pagar una tasa por cada artículo puesto en el mercado, destinada a financiar su recogida, clasificación, reutilización y reciclaje.
- Modulación ecológica de tasas (eco-modulation): las cuotas se ajustarán en función de criterios de sostenibilidad tales como la durabilidad o la reciclabilidad, de acuerdo con el Reglamento de Ecodiseño para Productos Sostenibles. De este modo, los productores estarán incentivados a diseñar textiles más circulares y respetuosos con el medio ambiente.
Asimismo, todos los textiles recogidos separadamente se considerarán residuos, lo que garantizará un control uniforme en los Estados miembros y evitará exportaciones fraudulentas de residuos etiquetados como “reutilizables”.
Objetivos vinculantes para reducir el desperdicio alimentario
La nueva normativa establece metas concretas en este ámbito: los Estados miembros deberán reducir el desperdicio alimentario en un 10 % en los sectores de procesamiento y fabricación, y en un 30 % per cápita en los niveles de venta minorista y consumo —incluyendo restaurantes, servicios de comida y hogares— antes de 2030.
Para lograrlo, los países deberán actualizar sus programas de prevención del desperdicio, promoviendo la innovación tecnológica, la concienciación ciudadana y la cooperación en la cadena alimentaria.
La directiva también refuerza las medidas de donación de alimentos, obligando a las empresas a ofrecer acuerdos con bancos de alimentos y organizaciones de redistribución.
La Comisión Europea realizará una revisión en 2027 para evaluar los avances, analizar las causas estructurales de las pérdidas alimentarias y, en su caso, ajustar los objetivos o fijar nuevas metas más allá de 2030.
Aplicación y próximos pasos
Los Estados miembros dispondrán de 20 meses para transponer la directiva a su legislación nacional y 30 meses para crear los sistemas RAP para textiles y calzado. Además, deberán designar autoridades competentes para coordinar las medidas de prevención del desperdicio alimentario antes del 17 de enero de 2026, y adaptar sus programas nacionales a más tardar el 17 de octubre de 2027.
La revisión responde al compromiso de la Estrategia de Textiles Circulares y Sostenibles de la UE, y refuerza el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible 12.3 sobre reducción del desperdicio alimentario. También protege a las empresas de economía social dedicadas a la recogida y gestión de textiles de segunda mano, que estarán exentas de las obligaciones RAP y podrán seguir operando sus propios sistemas de recogida.
Fuente: CE
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