
- El objetivo de la entidad es que la ciudadanía realice una correcta selección en origen de la materia orgánica para su posterior transformación en un abono natural de calidad
- A través de los compostadores domésticos o de los contenedores marrones (en proceso de implantación por parte de los municipios), la población tiene la oportunidad de poner en valor la fracción mayoritaria de basura generada en el hogar y contribuir al ahorro ambiental y económico
Cerceda, 29 de septiembre de 2025.- Durante el primer semestre del año en curso, más de 1.300 vecinos de distintos ayuntamientos de las cuatro provincias gallegas recibieron formación en compostaje, tanto doméstico como industrial, a cargo de técnicos de Sogama.
Las charlas impartidas por esta Sociedad pública se han orientado en todo momento a poner en valor el potencial que tiene la materia orgánica para su transformación en compost, haciéndose necesario separarla en origen para que el abono obtenido sea de alta calidad y cumpla con todos los requisitos contemplados en la normativa vigente para ser utilizado en la agricultura y jardinería.
El compostador, un elemento de apoyo en el rural
Las sesiones sobre compostaje doméstico despertaron gran interés a nivel municipal, ya que esta práctica forma parte del acervo cultural en el rural gallego, donde, desde siempre, se han segregado los restos de alimentos y vegetales para alimento del ganado y/o elaboración de abono.
En el programa impulsado por Sogama, la técnica se moderniza con la dotación, a las familias participantes, de un compostador que contribuye a hacer el proceso más eficiente, cómodo e higiénico. Así, durante las sesiones formativas se concreta el lugar idóneo para la colocación de este recipiente (en el exterior de la vivienda, en una zona protegida de las inclemencias meteorológicas y en contacto directo con la tierra para propiciar la entrada de los microorganismos descomponedores), los materiales que pueden, y no pueden, ser depositados en el mismo, y se incide en la importancia de parámetros tales como el oxígeno, la temperatura y la humedad, ya que influyen en el resultado final.
Dado que la materia orgánica representa en torno al 40% de la composición media de una bolsa de residuos doméstica tipo, si este porcentaje se recupera por las familias en origen, conforme a los principios de la economía circular, los beneficios, tanto ambientales como económicos, están garantizados.
No obstante, el autocompostaje está condicionado a que los participantes habiten en viviendas unifamiliares que dispongan de terreno en el que aplicar el compost resultante, dando continuidad al propio ciclo de la naturaleza.
El contenedor marrón, pensado para el ámbito más urbano
Adicionalmente, y con la progresiva incorporación del contenedor marrón a las calles, los vecinos del ámbito urbano y semiurbano también pueden contribuir al compostaje segregando en sus viviendas los residuos orgánicos, que deben introducir en este nuevo recipiente, siempre en bolsas compostables.
Desde los municipios, esta fracción se transporta, en el caso del modelo Sogama, hasta una de las cuatro plantas públicas de biorresiduos (Cerceda, Cervo, Vilanova de Arousa y Verín) gestionadas por esta empresa pública para su conversión en compost. Al igual que en el doméstico, separar los restos orgánicos resulta indispensable para que el compost industrial resulte apto para su posterior aplicación agrícola.
Saludos, Departamento de Comunicación