
- La resiliencia urbana hace referencia a la capacidad de las urbes de responder y recuperarse de sucesos o desastres inesperados.
- Para encontrar formas prácticas de mejorar esa resiliencia, el proyecto europeo RESCCUE ha estado trabajando en tres ciudades diferentes, seleccionadas por su representatividad de la diversidad europea en términos de clima y características de la urbe: Barcelona, Lisboa y Bristol.
- Este proyecto se diferencia de otras iniciativas de resiliencia urbana debido a que contempla un estudio integrado de sistemas urbanos tan diversos como el agua, el alcantarillado, la electricidad, los residuos o las telecomunicaciones, mejorando así su capacidad de extrapolación a otras ciudades del mundo.
Cerceda, a 16 de noviembre de 2020.- El 54% de la población mundial vive en ciudades, un porcentaje que se estima llegará al 66% en 2050. Ocho de las diez urbes más pobladas del planeta son vulnerables a los terremotos, y seis de ellas están en riesgo de inundaciones, marejadas ciclónicas y tsunamis. De ahí la importancia del concepto de resiliencia urbana, que hace referencia a la capacidad de las ciudades de recuperarse de sucesos o desastres inesperados, resultando clave para diseñar herramientas que permitan responder adecuadamente a las consecuencias del calentamiento global.
Esta ha sido la temática central de la conferencia virtual "Resiliencia urbana en un contexto de cambio climático", en la que han aportado sus conocimientos más de 100 expertos de administraciones públicas, organizaciones internacionales y empresas privadas, contando con la participación de más de 600 personas.
El evento da continuidad al proyecto europeo RESCCUE (acrónimo en inglés de Ciudades Resilientes Contra el Cambio Climático), que durante los últimos cuatro años ha reunido a empresas, ayuntamientos, centros de investigación y universidades para proporcionar una serie de herramientas y metodologías de resiliencia urbana a poner en práctica en otras ciudades.
ESTUDIO DE TRES CIUDADES TIPO
Para encontrar formas prácticas de mejorar esa resiliencia, RESCCUE ha estado trabajando en tres urbes diferentes, seleccionadas por su representatividad de la diversidad europea en términos de tipo de clima y características: Barcelona, Lisboa y Bristol.
El objetivo de tener tres ciudades como plataforma de validación y primera aplicación de los resultados de RESCCUE, garantizará que el producto final esté completo y sobre todo asegurará su máxima replicabilidad cuando finalice el proyecto.
Además, el hecho de que esta iniciativa se diferencie de otras de resiliencia urbana a través de un estudio integrado de sistemas urbanos tan diversos como el agua, el alcantarillado, la electricidad, los residuos o las telecomunicaciones, mejora su capacidad de extrapolación a otras ciudades del mundo.
Una de las grandes aportaciones del proyecto RESCCUE es el gran volumen de datos que se han recogido sobre las consecuencias de las inundaciones en zonas urbanas, lo que permite enfocar la prevención y la reconstrucción con conocimiento de causa.
La información recopilada muestra que las tecnologías inteligentes para emergencias, como es el caso de las inundaciones, contribuyen significativamente a la respuesta oportuna y han reducido el número de personas afectadas o muertas durante situaciones de desastre.
En este sentido, innovaciones como el big data o el intercambio de datos en la nube, también ayudan en la recuperación de la ciudad tras el desastre, identificando prioridades de inversión y reutilizando casos de éxito para aplicarlos en nuevos contextos.
Otro punto que han abordado los expertos en esta conferencia es el necesario enfoque holístico y multisectorial de la resiliencia en las ciudades. RESCCUE es un gran ejemplo de esta estrategia de trabajo en equipo: las universidades y centros de investigación desarrollan nuevas metodologías y herramientas que luego se implementan con los datos de empresas privadas para, después, aportar información que pueda mejorar los planes de resiliencia.
Fuente: Gestores de Residuos
Imagen: Pixabay